Last Updated on 1 septiembre, 2021 by mimuseo
Raúl Álvarez es un escultor de parámetros modernistas cuya obra más conocida por sus numerosos trabajos en espacios públicos- ha contribuido a mantener la vigencia del racionalismo constructivista, tendencia que ha primado entre los escultores de las últimas décadas en el país. Pero a pesar de continuar con el empleo de las láminas de hierro y bajo el influjo geométrico, su obra ha respondido claramente a planteamientos propios, los cuales han variado a medida que el artista se ha ido internando en las formas de sus construcciones y en los espacios que les sirven de contexto.
Más recientemente, por ejemplo, su obra ha dado un giro inesperado pero sustancial, gracias al cual su producción se ha liberado, al menos temporalmente, de algunos de los presupuestos minimalistas que la orientaban, como la reducción de formas a lo esencial y la escala bastante notable de sus piezas. Y ese viraje, sumado a las inesperadas implicaciones de sus trabajos más recientes, denotan una nueva libertad y nuevos derroteros dentro de sus más bien estrictos raciocinios escultóricos.
El punto de partida de estas nuevas obras sigue siendo la lámina de hierro y su maleable densidad. El hierro es de por si un material cargado con innumerables referencias escultóricas y que, en la inmensa mayoría de la producción modernista, incluida buena parte de las obras anteriores de este artista, se ha trabajado enfatizando su estabilidad y solidez. En sus últimas obras, por el contrario, el hierro se libera de la camisa de fuerza de su inherente rigor, y pareciera aligerarse, transformarse en un material que, así como puede simbolizar fuerza y poder, también puede significar levedad, liviandad y posibilidades aéreas.
La obra de Raúl Álvarez ha dado, en conclusión, un viraje por demás imaginativo y relevante, no sólo para su trabajo, sino para la ya larga y sustanciosa trayectoria de la creatividad tridimensional en Colombia. A lo largo de su carrera, el artista ha enriquecido su lenguaje y ha abierto rumbos inesperados y promisorios para la escultura moderna en el país.
Eduardo Serrano
1935. Nace en Cartago, Valle del Cauca. Vive toda su niñez y juventud en las ciudades de Pereira y Medellín.
1953. Recién instalado en la ciudad de Medellín, conoce un taller de imágenes religiosas. Tiene ocasión de establecer conversaciones con el propietario, quien le comparte detalles acerca de las diferentes labores llevadas a cabo en el taller.
1956 C. Visita la exposición de José Horacio Betancur compuesta por esculturas de hierro. Estas obras, de gran formato, son recibidas en Medellín con gran polémica.
1959. Se establece en Bogotá. Realiza pequeñas esculturas en madera y en hierro. En estas obras aborda la abstracción.
Década de 1960. Conoce a Jaime Gutiérrez Lega con quien traba una larga amistad. Entablan discusiones y conversaciones sobre la escultura que serán de gran significado para Álvarez. Conoce a Carlos Rojas. De este último admirará sus esculturas.
En esta época emprende viajes a Europa y América del Norte. Le interesan especialmente los escultores españoles, entre ellos, Eduardo Chillida, Eusebio Sempere, Jorge Oteiza y Andreu Alfaro.
Década de 1970. Depura la composición de sus obras. Le interesa la armonía, la simetría y el ritmo. Continúa desenvolviéndose en formatos pequeños y medianos, aunque anhela grandes formatos. Ensaya óxidos, pinturas y pátinas. Realiza esculturas en aluminio fundido.
Década de 1980. Fiel a una labor callada y constante, sólo a mediados de la década, comienza a exhibir en lugares públicos. Dentro de las estructuras modulares que desarrolla, el triángulo es una forma trabajada de manera reiterativa.
1990. En esta década lleva a cabo sus primeras intervenciones en el espacio público. Una de ellas, es la obra Sin título, ubicada en el separador de la Avenida 82 con carrera 7, en Bogotá. El metal se convierte en el material que utiliza de forma casi exclusiva.
Se lleva a cabo una publicación monográfica sobre su obra. Los textos son de Francisco Gil Tovar.
Para estas fechas visita la retrospectiva de Oteiza en Alicante, España.
1998. Visita la exposición de Richard Serra, Donald Judd y Robert Morris en el Museo Guggenheim de Bilbao. En este mismo año realiza Sin título, escultura para el espacio público en el Parque Central Bavaria, entre otras.
2000. Visita el Museo de Chillida en Hernani, San Sebastián.
Ingresa escultura de Raúl Álvarez al Schacknow Museum en Plantation, Estados Unidos.
2002. El Cornell Museum of Art & History de Florida, Estados Unidos, incluye en su colección, una escultura de Raúl Álvarez.
2003. Visita los talleres de Eduardo Capa en Madrid, reconocido Maestro fundidor y gran coleccionista de escultura. Allí lleva a cabo tres obras, una de la cuales formará parte del acervo artístico de la Universidad de Alicante.
2003-2006. Simplifica profundamente la estructura de sus esculturas. Adopta ciertos colores como el gris grafito y el blanco. En este periodo se concentra especialmente en desarrollar la relación entre el espacio y la obra escultórica, así como en la manera de hacer participar más activamente, la circulación de la luz a través de la estructura de la obra. Dejando atrás el período que tuvo como nodo formal, las variaciones en torno a elementos de área triangular o romboidal, en su producción reciente, Álvarez se concentra en formas modulares variantes del paralelepípedo. Sus trabajos, que hasta el momento tuvieron como determinante la presencia del pedestal, se abren al espacio, sucediendo directamente en la pared o en el suelo, permitiendo así, una mayor interacción entre escultura y espacio arquitectónico.
2007-2013. Durante este periodo de tiempo, Álvarez trabaja con rigurosidad y dedicación para darle trámite a sus nuevas ideas e inquietudes. Elabora maquetas y prueba con diferentes materiales y formas, pero siempre tomando como base la lámina de hierro, y fue la técnica láser la que finalmente le ayudó a concretar su propósito.
Raúl Álvarez, Escultura. Editorial, María Cristina Rivera Ferrer, 2013.
Exposición presentada en : Casa Mutis de los Pintores – cra. 2 N0. 3-33. San Sebastián de Mariquita.