Exposición

Tierra Móvil: Naturalezas Ausentes - Oscar Villalobos

  • Fecha: 01 de mayo al 08 de junio del 2025
  • Lugar: Museo de Arte del Tolima | Sala 1
  • Curaduría : Nelly Peñaranda
  • Museografía : Nelly Peñaranda


  • Naturalezas ausentes: vestigios de un paisaje conquistado


    A simple vista, las naturalezas muertas y bodegones, podrían ser reflejos de contextos y territorios. Cartografías temporales, o registros narrativos que reconocen tradiciones y costumbres. Composiciones que encierran reflexiones sobre el paso del tiempo, la fugacidad de la vida, la abundancia y el deseo. 


    Son contenedores de objetos inanimados con una carga simbólica que trasciende lo meramente decorativo, y en el caso de la obra de Oscar Villalobos, actúan también como metáforas de poder, riqueza o vanidad, y revelan, bajo su aparente quietud, una tensión latente entre lo natural y lo artificial, lo eterno y lo efímero; el deseo y el límite, la acumulación y la desaparición.


    La pintura como un espacio de resonancia crítica 


    Lejos de cualquier aproximación, ilustrativa o narrativa, las naturalezas ausentes de Villalobos, articulan una reflexión en torno a los sistemas de producción y consumo propios del modelo económico lineal; que extrae, transforma y desecha sin considerar los tiempos ni las formas del entorno natural. La pintura no representa la naturaleza: la interroga desde sus desajustes, la nombra a través de sus quiebres y vacíos, y da forma a los rastros del desgaste acumulado.


    En este contexto, la obra adquiere un valor simbólico y político. Las composiciones, dominadas por una estética cargada de tensión visual, despliegan elementos que remiten a la saturación de lo decorativo, una suerte de barroquismo contemporáneo donde la opulencia trasciende la celebración de lo vital para evidenciar el exceso. 


    Una exuberancia que denuncia


    El uso exacerbado de lo decorativo en estas pinturas puede leerse como una alusión directa al consumo que no solo devora recursos, también impone formas de ver, de ordenar y de embellecer según lógicas del sistema. 


    Esta ornamentación visual, que por momentos roza lo majestuoso, no solo enaltece la naturaleza, también la somete: como una tierra domesticada, al servicio del espectáculo o del consumo, transformada en objeto de contemplación forzada. 

    La imagen se convierte así en campo de disputa: lo bello, lo exuberante, lo saturado, lejos de ser un fin en sí mismo, se vuelve un lenguaje para evidenciar la desmesura y el exceso. 


    Frente a la aparente quietud de la imagen, se revela la tensión entre lo que la tierra da y lo que se le exige dar. Naturalezas ausentes que integran la serie Tierra Móvil, en la que de Oscar Villalobos ha trabajado durante años; alusiones a las formas contemporáneas de explotación de la tierra, especialmente al monocultivo, símbolo de un dominio unilateral del ser humano sobre los ritmos naturales, donde se restringe el equilibrio, la espera y el orden natural. Rompiendo ciclos, imponiendo rendimiento constante, consumo infinito y productividad sin pausa. 



    Nelly Peñaranda

    Curadora



    Oscar Villalobos

    (San José del Guaviare, 1987)

    www.instagram.com/oscarvillalobosf



    Es un artista plástico colombiano cuya obra reflexiona sobre las relaciones de poder y sus efectos en los ecosistemas naturales y humanos. Su trabajo nace de una experiencia vital atravesada por el desplazamiento forzado y la violencia del conflicto armado colombiano, y se ha consolidado como una investigación crítica sobre cómo las dinámicas de dominación entre el hombre, la naturaleza y el consumo generan conflictos que trascienden lo visible.


    A través de la pintura, el dibujo y la instalación, Villalobos construye imágenes en las que la vegetación se entrelaza con el paisaje urbano, los símbolos del poder político y las huellas del mercado global. Su obra expone las tensiones entre desarrollo, extractivismo y control territorial, evidenciando cómo estas afectan tanto al medio ambiente como a las formas de vida que lo habitan, desde la transformación de los espacios urbanos hasta los desplazamientos forzados. Cada una de sus piezas propone una mirada crítica sobre las marcas que deja el capital en lo cotidiano y en el territorio.


    Desde sus años de formación universitaria, Villalobos ha mantenido una participación activa en la escena artística colombiana, consolidándose como una voz singular en el arte contemporáneo del país. Ha recibido varios premios nacionales por su obra y ha sido reconocido por curadores como Eduardo Serrano y Cristian Padilla, quienes destacan su capacidad para traducir en imágenes poéticas y profundamente políticas la complejidad del contexto colombiano.


    Sus exposiciones individuales incluyen Tierra Móvil, Selva en Conflicto, Metáforas de un juego infinito y Lagos de Ariporo. Ha participado en muestras en Colombia y en el exterior, incluyendo Estados Unidos, España, Brasil, Cuba, Argentina, Panamá, México y Hong Kong. Su obra propone una visión crítica que confronta al espectador con las consecuencias más profundas y silenciadas del poder en sus múltiples formas.