Juan Cárdenas / Obras Selectas

Tras varias décadas en las cuales la escena artística en Europa y América estuvo dominada por el Expresionismo abstracto y otras corrientes que desde Estados Unidos se impusieron en el relato principal del arte, lo que han denominado La guerra fría cultural, y que en nuestro país permitió la consolidación de Obregón, Negret y Villamizar entre otros, hacia mediados de los años setenta se vivió una pausa en dicho impulso abstracto permitiendo la visibilización de otros movimientos y tendencias que maduraban con fuerza desde años antes y que Peter Sager hacia 1973 definió como: “Nuevas Formas de realismo”.

Es en este contexto histórico que surge la personal obra de Juan Cárdenas, nacido en Bogotá en 1939 de ascendencia payanés, quien se había educado en Estados Unidos desde 1947 y graduado en artes en 1962 del Rhode Island School of Design; prestando servicio militar durante la guerra de Vietnam en la 101st Airborne Division. Al regresar a Colombia en el 65 se hace conocido rápidamente como caricaturista político en el Tiempo y el Espacio, siendo encarcelado en 1968 por uno de sus trabajos; y descollaría en la escena del arte como pintor, dibujante y grabador, principalmente por su individual en el Museo de Arte Moderno de Bogotá en 1972 y al ganar el Primer premio del XV Salón Nacional de Artistas Colombianos de 1974.

Desde ese mismo año con su participación en la feria Art 5 Basel (hoy Art Basel) de Suiza con la Galería Conkright, con la que repetiría en Art 7 Basel, comienza un periodo de internacionalización que lo llevaría en los años siguientes a ser mucho más reconocido en el extranjero que en su propio país. Ya para 1980 firma contrato de exclusividad con la importante Galería Claude Bernard de París, la misma que había representado a Claudio Bravo, Antonio López, David Hockney, Hosrt Jansen, Andrew Wyeth entre otros descollantes nombres de la figuración internacional de la época. Con Bernard, Cárdenas expone los siguientes 20 años en las más importantes ferias de Madrid, París, Chicago y Miami, y realiza importantes exposiciones individuales dentro y fuera de la galería como la del Hirshhorn Museum and Sculpture Garden en Washington y la del Grand Palais en París de 1985, el mismo año que el ministro de cultura francés, Jack Lang, le otorga la condecoración Chevalier des Arts et des Lettres.

La década del noventa lo vería establecerse nuevamente en Estados Unidos, donde dicta durante cuatro años una cátedra de posgrado en el arte del dibujo en la New York Academy of Art y participa de la muestra René Magritte y el Arte Contemporáneo en el Mu.ZEE de Bélgica, al lado de artistas de la talla Cindy Sherman, Georg Baselitz, Louise Bourgeois, o Jeff Koons además de Magritte. Comienza el milenio haciendo una gran retrospectiva de su trabajo en la Biblioteca Luis Ángel Arango, tras años de que en Colombia no se vieran sus obras sino en selectas colecciones privadas, en algunas estampillas y en los billetes de 5 y 20 mil pesos diseñados por él en 1995. En el 2004 su obra es incluída en la muestra Moi ! Autoportraits du XXe siècle, en el Museo de Luxemburgo, una antología del género del autorretrato desde Picasso y Matisse en adelante.

Recientemente el maestro Cárdenas ha mostrado sus pinturas y dibujos de temas históricos en el Museo Nacional de Colombia y en el Museo de Arte Contemporáneo de Santa Marta, investigación que realizó paralelamente durante cuarenta años, y le fue otrogada la Órden de Boyacá por sus aportes al arte y su divulgación en el exterior.

La obra de Juan Cárdenas que surge con el impulso de la figuración internacional de los años setenta y ochenta es indefinible a la luz de los ismos y la superposición de movimientos y contra movimientos surgidos en los últimos 50 años. Dibuja con la maestría de florentinos y flamencos, compone como el abstracto geométrico que lo pudo llegar a ser y elige el color en diálogo directo con los grandes teóricos que fueron Josef Albers y Rudolf Arnheim. Todo esto en medio de la construcción de un mundo propio que invita a pensar, donde habitan sus inquietudes históricas, antropomórficas, la familia, el taller y la Colombia que ha visto y vivido desde las montañas de Suba o desde París y Nueva York. Elementos que reunidos le han permitido crear una de las obras más singulares, sugerentes y originales de la plástica colombiana.

Para el Museo de Arte del Tolima, en cuyas colecciones reposan dos de sus dibujos, es un honor y un privilegio poder mostrar una de las más completas exposiciones de su obra, desde aquella paradigmática retrospectiva del año 2001 en el Banco de la República. Una selección realizada por el propio artista para este espacio, a partir de piezas selectas guardadas por él durante el transcurso de los años, junto a algunas obras que se muestran por primera vez.

Darío Ortiz