Exposición

REVISIÓN HISTORI@GRÁFICA

  • Fecha: del 4 de octubre al 2 de noviembre
  • Lugar: Museo de Arte del Tolima | Sala 5
  • Curaduría : Cristhian Moreno
  • Museografía : Cristhian Moreno


  • Cuando revisamos la historia del grabado en Colombia nos encontramos con una técnica de largo recorrido. Desde la época colonial, fue utilizada como instrumento evangelizador en estampas devocionales; en el siglo XIX se empleó en retratos y escenas costumbristas; y en el siglo XX adquirió protagonismo en las publicaciones periódicas como recurso gráfico alterno. Sin embargo, es en este último periodo cuando el grabado emprende una nueva evolución: gracias a la llegada de materiales y métodos de producción más diversos, comenzó a considerarse un lenguaje autónomo, con cualidades estéticas equiparables a las de otros medios artísticos tradicionales.

     

    Así, a través del grabado también se ha configurado parte esencial de la historia del arte en Colombia. Figuras como Edgar Negret, Eduardo Ramírez Villamizar y Lucy Tejada, junto con otros nombres memorables, encarnan la renovación artística del siglo XX y encontraron en el grabado un territorio fértil para la experimentación. Al mismo tiempo, una nueva generación abrió caminos en la figuración y el diálogo con la forma humana: David Manzur, Santiago Cárdenas y Antonio Samudio, entre otros, son claros ejemplos de esta búsqueda.

     

    Dentro de esta muestra destacamos, de manera especial y sin ánimo de revivir el actual debate sobre quién debe llevarse el título como pionero del arte conceptual en Colombia, las obras seriadas de Álvaro Barrios y Gustavo Sorzano, quienes a inicios de la década de 1970 emprendieron proyectos decisivos. En 1972, Barrios dio inicio a su serie Grabados populares y, en 1974, Sorzano desarrolló una nueva versión de sus Partituras mentales en el evento Momentum 43. Ambas propuestas fueron publicadas en prensa y reproducidas en grandes tirajes, con la intención de ampliar el acceso del público y propiciar la interacción con las piezas. En Barrios, la obra cuestiona la originalidad y unicidad del arte; en Sorzano, invita a intervenir y reconocer la capacidad creativa innata de cada persona.

     

    La década de los setenta supuso, entonces, una transformación en las prácticas artísticas colombianas: desde la experimentación matérica y la exploración de nuevos lenguajes visuales, hasta el abordaje de temáticas sociales influenciadas por corrientes internacionales como el arte conceptual y el arte pop. Un hito de esta época fue la exposición Los Novísimos Colombianos, organizada por la crítica Marta Traba en 1977 en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas. Allí se reunió a más de cuarenta artistas jóvenes, entre ellos Beatriz González, Darío Morales, Saturnino Ramírez, Luis Caballero, Antonio Caro, Gustavo Zalamea, Álvaro Barrios y Óscar Muñoz. Traba resaltó en sus obras la diversidad discursiva, la fuerza crítica y el arraigo territorial que las sustentaban. Hoy, casi cincuenta años después, la vigencia de esos nombres confirma la importancia de aquel momento en la historia del arte nacional.

     

    Esta exposición, Revisión Histori@gráfica, propone un recorrido que no solo celebra la riqueza técnica y conceptual del grabado en Colombia, sino que también revela cómo este lenguaje ha sido espejo y motor de los cambios culturales del país. Cada obra aquí reunida es testimonio de una época y, en conjunto, trazan una memoria plural que nos invita a reconocer el valor del grabado no solo como medio de expresión, sino como espacio de diálogo entre tradición, crítica y contemporaneidad.


     Artistas participantes:

    Eduardo Ramírez Villamizar (1922–2004), Edgar Negret (1920–2012), Lucy Tejada (1920–2011), Antonio Samudio (1934), David Manzur (1929), Santiago Cárdenas (1937), Álvaro Barrios (1945), Gustavo Sorzano (1944), Luis Caballero (1943–1995), Santurnino Ramírez (1946–2002), Darío Morales (1944–1988), Beatriz González (1938), Antonio Caro (1950–2021), Gustavo Zalamea (1951–2011) y Óscar Muñoz (1951).