Exposición

PALMAR

  • Fecha: del 4 de octubre al 2 de noviembre
  • Lugar: Museo de Arte del Tolima | Sala 4
  • Curaduría : Diego Gómez
  • Museografía : Diego Gómez


  • «Lo que necesitaba era coraje, y me fue concedido a través del mundo espiritual, que me otorgó una instrucción excepcional y maravillosa».

    Hilma af Klint


    «Todo mi diálogo ha sido una pasión total con la pintura, confrontarme con la forma».

    Manuel Hernández

     

    Desde una espacialidad determinada, ubicándonos en un punto de vista concreto e interpretándolo de múltiples maneras, podemos recordar la serie de la Catedral de Rouen (1892 - 1895) con sus diversas telas, captadas en distintas horas del día por el pintor Claude Monet, o más recientemente El cuento de Navidad de Auggie Wren (1990) escrito por Paul Auster y adaptado a la película Smoke (1995), donde Wren hace una serie de fotografías diarias desde la esquina de su local, en busca del sutil paso del tiempo y sus variables implícitas en la imagen reiterativa.


    Con estos paralelismos de la imagen en repetición, encontramos un enfoque con referencia a la modernidad y otro más cercano a la contemporaneidad; la serie Palmar busca poner en tensión cuestionamientos que parten de lo reiterativo, de la posibilidad de “rumiar” una idea para usar un término Nietzscheano. Este estudio es una indagación del paisaje de tierra caliente permeado por signos y símbolos de su entorno, que devienen en una secuencialidad abstracta, atravesada por silencios, ruidos y dudas de meditaciones creativas en el lapso de una década (2015 – 2025). Con interrogantes sobre el paradigma de la imagen, tomando la referencia visual como excusa matérica para estudiar la atmósfera del territorio, la luz, las sombras, las rocas, el río, la tierra, el aire y lo que en el interior ello provoca y evoca, construyendo una mnemotecnia al igual que lo enuncia Raúl Ruiz: «En general se dice “Abran los ojos a su ciudad”, pero es tan importante abrir los ojos, como cerrar los ojos y hacerla vivir adentro, memorizarla emocionalmente».


    Partiendo entonces de las energías y los espíritus (psyche) que se manifiestan en grafismos calculados a través de un limitante: un ejercicio de estilo autoimpuesto, impregnado por el lugar, la sensación y un punto de vista fijo, manifestado en metáforas y poéticas experimentales, más allá de retóricas y pretensiones comunicativas de los lenguajes; esta experiencia contiene también planteamientos atravesados por variantes ecológicas, socioculturales, políticas y ancestrales, que no trata de reducirse a propaganda, y más bien, procura ser como diría Mark Rothko: una “anécdota del espíritu”.